Es extremadamente peligroso descender por las pistas de una estación de esquí una vez que la estación se cierra al público.

 Las máquinas (ratrack) que preparan la estación para el siguiente día de esquí utilizan un cable (winch) para sujetarse a unos anclajes en las cabeceras de las pistas para evitar deslizamientos durante las operaciones de mantenimiento de las pistas. La distancia entre las máquinas y los anclajes de las cabeceras de las pistas muchas veces es muy larga por lo que estos cables pueden llegar a extenderse muchos metros soportando una enorme tensión por lo que una colisión accidental con ellos puede ser fatal, máxime con condiciones de poca visibilidad por ventisca o por lo avanzado de la hora del descenso. Tampoco hay que confiarse de madrugada, ni aún sin divisar luces de maquinaria. En caso de avería, el cable puede quedarse extendido hasta la mañana siguiente, dando lugar a una situación muy peligrosa para aquél que baje justo por esa pista confiadamente.

Durante la temporada pasada ya se produjo algún accidente mortal por este mismo motivo: Ver noticia>>

Por otra parte, el descenso por las pistas pisadas por las máquinas supone una falta de respeto por el trabajo de los profesionales que dedican sus esfuerzos al mantenimiento de las optimas condiciones de las pistas para los esquiadores que pagan por su uso al día siguiente y el tránsito por las pistas a determinadas horas y condiciones meteorológicas puede llegar a provocar surcos profundos y montículos que, endurecidos por las heladas nocturnas, supongan un elemento de riesgo para los esquiadores alpinos durante la siguiente jornada de esquí en la que esperan encontrar una pista completamente lisa.

La estación de Valdesquí apuesta, sin duda, por la convivencia entre esquiadores de travesía y esquiadores alpinos siempre que los esquiadores de montaña hagamos un uso responsable del área de la estación por lo que os rogamos que os hagáis eco de este problema y lo difundáis todo lo posible.